Tarde de otoño en Brujas

Tarde de otoño en Brujas... Una tarde de otro tiempo... o tal vez de ningún tiempo... Como sacada de un libro... Unas casas viejas de ladrillos pintados de blanco con grandes ventanales que reflejan los últimos rayos del sol, las hojas de un árbol cercano que amarillean y empiezan a formar una alfombra sobre la calle. Al fondo, sobre una de las casas, una bicicleta... tal vez dos... apoyadas junto a una ventana. Un rincón anónimo, casi invisible. Un rincón de esos que apenas salen en las fotos a pesar de estar en el propio Minnewater. Cosas de Brujas (... con mayúsculas...).

A lo lejos se oye el eco de una campana mezclado con los gritos entre juegos de unos niños que apuran la tarde. Hora de regresar a casa, sin prisa... Y encender la pequeña luz de una lámpara de mesa. Suficiente para leer... pero no excesiva, para no romper el hechizo.

Tal vez, en algún lugar lejano de aquí sea la hora punta del regreso del trabajo... o de las compras de la tarde... Y tal vez haya coches... y ruido... Tal vez...

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