01. En busca del tiempo perdido

TADEUS ZIMM. LA HISTORIA

Todo comenzó con un cuaderno olvidado

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Brujas, antigua tarjeta postal Minnewater

La última vez que vieron a Tadeus Zimm no llevaba su inseparable cámara de fotos.

En la casa donde vivió sólo encontraron un paquete con un cuaderno lleno de notas, un disco con miles de fotos y un montón de viejas tarjetas postales.

No podían entender por qué lo único que Tadeus había olvidado era precisamente lo que había centrado su vida en este tiempo...

Pero yo sabía que no era un olvido...

Tadeus Zimm había descubierto las primeras de aquellas tarjetas postales meses atrás en un pequeño anticuario de la ciudad de Brujas. Habían sido escritas hace más de un siglo pero, tal como me confesó en alguna ocasión, por alguna razón desde el primer momento le habían parecido extrañamente vivas.

Muchas de ellas habían sido escritas en Brujas, la ciudad en la que estaba viviendo desde hacía unos meses. Y lo sorprendente era que prácticamente todos los lugares que mostraban aquellas fotografías seguían hoy, más de cien años después, prácticamente idénticos a como aparecían en esas viejas tarjetas postales.

La primera de aquellas tarjetas mostraba una imagen del Beaterio de Brujas. Es ésta:

Brujas, antigua tarjeta postal Beaterio

Sobre el camino que aparece en la imagen hay unas palabras en francés. Habían sido escritas en agosto de 1906: "No olvides tu promesa de escribirme con calma durante las vacaciones con el fin de recuperar el tiempo perdido..."

Tadeus decía que siempre le había resultado muy inquietante cuando las personas desaparecen pero sus emociones les sobreviven...

Pocos días después fue al Beaterio. El lugar apenas había cambiado en cien años. La misma capilla, los mismos árboles, la misma hierba... el mismo camino.

En aquel mismo lugar, ese texto manuscrito parecía que tomaba vida. Allí, en medio de ese mismo camino, casi pudo sentir la presencia de la persona que había escrito esas líneas...

El reverso de la tarjeta hacía crecer el misterio. La firma del remitente resultaba ilegible. Y el nombre de la destinataria (porque era una mujer) había sido raspado. Era como si alguien hubiera puesto un cariño especial para que aquella historia pudiera sobrevivir pero a la vez hubiera cuidado de mantener en una pudorosa indefinición la identidad de sus protagonistas.

Antigua tarjeta postal Tadeus Zimm

Y precisamente por eso esos protagonistas resultaban aún más reales. Detrás de esa caligrafía y detrás de esas raspaduras se sentía latir la vida.

Los matasellos se encargaron de poner la "guinda". Le contaban que la postal había sido puesta en el correo el 21 de agosto de 1906 entre las 12 y la una de la tarde. Y que había llegado a su destino, a algo más de 100 kilómetros de distancia, a última hora de esa misma tarde. Dos personas reales, una confidencia y un momento preciso ocurrido hace más de cien años. Hasta sus manos había llegado una historia...

Cuando volvió a casa se sumergió en las tarjetas. Releyó los textos, trató de reconocer los lugares que aparecían en las fotografías, y acabó por descubrir que lo que tenía entre manos no era una mera colección de recuerdos aislados.

Aquellas tarjetas hablaban de un viaje. Un viaje que aquellos desconocidos habían hecho hace más de cien años por Brujas, Gante y los bosques de Bouillon, en Las Ardenas belgas. Un viaje en el que -¿quién sabe?- tal vez habían intentado recuperar aquel tiempo perdido...

Pocos días después, Tadeus Zimm se embarcaba en aquel mismo viaje...