La Guía de Brujas

09. Rozenhoedkaai. Y en esto, llegaron los vikinGOS

El Rozenhoedkaai (el Muelle del Rosario) es uno de los sitios más fotografiados de Brujas. Desde aquí parece una ciudad de cuento que sale del agua.

Pero es mucho más. Porque justo aquí, hace 1.200 años, nació Brujas. Y fue gracias a los vikingos.

Aquí comenzó todo. Brujas existe desde el siglo IX, la época mítica de estos invasores nórdicos. Los vikingos venían bordeando la costa del Mar del Norte. Llegaban en unos barcos tremendamente ligeros; desembarcaban y desde aquí lanzaban sus devastadoras incursiones tierra adentro. De hecho la palabra “Brujas” (Brugge, en flamenco) proviene de la palabra vikinga "Brygga", que significa puerto o más bien, abrigo o refugio.

Todo comenzó con una fortaleza

En aquellos tiempos estas tierras estaban en los límites de un reino que estaba empezando a formarse: Francia, y su rey decidió detener a los vikingos levantando aquí mismo una fortaleza.

Fue así como Brujas “cambió de bando”. Dejó de ser un refugio para los invasores y se convirtió en plaza fuerte. Hoy no existe la construcción original, aunque sí muchos elementos que formaron parte de ella.

Estaba al fondo, a la derecha, donde hoy puedes ver unos árboles y unas pequeñas construcciones. Eran las capillas del castillo, que todavía existen y que un poco más adelante te van a sorprender.

Balduino Brazo de Hierro

Pero antes, no me resisto a contarte una historia... porque sería injusto colocar al rey de Francia como el fundador de Brujas. Quien realmente levantó la fortaleza y creó el primer asentamiento fue un personaje muy peculiar, que pasaría a la Historia como Balduíno I Brazo de Hierro.

Balduíno era el señor de estas tierras fronterizas en la época en que los vikingos aparecieron. Era un tosco noble “de provincias”, que en el año 862 hace una visita a la corte del rey de Francia y... secuestra a su hija.

El incidente causó un gran escándalo e incluso tuvo que intervenir el Papa, pero al final la sangre no llegó al río.

El rey decidió bendecir la unión (en parte porque parece que la propia “secuestrada” había participado en la operación, y en parte porque tal vez pensaba que un noble tan osado podría ser una buena herramienta para defender esas turbulentas fronteras).

El caso es que crea para él el marquesado de Flandes y le pide que levante aquí una fortaleza. Éstas aguas fueron, pues, el primer puerto de Brujas. El origen de todo su esplendor.

Un perfil inconfundible

Con el paso de los siglos la ciudad fue creciendo y se fue formando su “skyline”, ese perfil inconfundible que puedes ver desde aquí. Estás en el Rozenhoedkaai, el Muelle del Rosario.

El panorama está presidido por el Belfort, la torre de la plaza del mercado, símbolo de las libertades y del poder de la ciudad, cuyo carillón con la melodía de "Para Elisa", de Beethoven, te ha ido acompañando desde que iniciaste el recorrido por la ciudad.

Tómate tiempo para disfrutar del lugar. También puedes probar un chocolate caliente en la chocolatería que tienes al lado, tomar un tentempié, comprar un encaje (o un libro), dar un paseo en barca por los canales o, ¿por qué no? tomar una cerveza mientras miras el espectáculo. La terraza que ves enfrente, al lado del gran árbol, es en realidad una cervecería, que tiene un estante con todas las cervezas belgas (más de 300). Se entra cruzando el puente que ves a la izquierda.

Cuando hayas hecho todos los deberes, retoma la marcha. Ve en dirección al Groenlerei (el Muelle Verde). Si te gusta la fotografía, éste es tu sitio.

Mapa del recorrido

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Mapa de Brujas 9

Todo recto, a orillas del canal

Rozenhoedkaai va paralelo al canal. Es sencillo. Casi al principio, si te fijas verás que hay una puerta en un muro que da acceso a un jardín. Es el que acabas de ver junto a la estatua de Luis Vives. Ésta es una de las puertas que delimitan el recinto (es una forma de volver a ese sitio...).

Unos metros más adelante pasarás por delante del museo Groeninge y, pasito a pasito, llegarás a la vista más fotografiada de Brujas.

Luego, gira por la primera calle a la izquierda y, tras pasar por una plaza con mucho sabor, llegarás al Groenerei y al callejón del Asno Ciego... pero ésas son ya otras historias...

El camino desde Nuestra Señora al