La Guía de Brujas

11. El Burg. La plaza del poder

Vas a comenzar el último tramo de tu viaje. Ha llegado el momento de hablar del esplendor de Brujas. Y éste lo vas a ver sobre todo en dos plazas.

La primera es el Burg, la plaza del poder. Desde aquí se viene gobernando la ciudad desde hace 1.200 años.

Sin embargo, antes de entrar a un lugar tan solemne como el que vas a visitar, me vas a disculpar si me permito una más o menos inocente irreverencia. Cuando vienes desde el Goerenrei vas a entrar a la plaza a través del Callejón del Asno Ciego.

Pues bien, antes de entrar en la plaza, echa la vista hacia arriba y fíjate en las estatuas que coronan el arco. Siempre que paso por aquí saludo al rey que está el su punto más alto.

No he querido preguntar quién es. Para mí siempre ha sido y siempre será... el rey de espadas... y la figura que hay a la derecha,... la sota de bastos...

¿No te lo parecen?... Tal vez es que soy un poco tahur... En cualquier caso, ¡vaya una cerveza en su honor!...

El Ayuntamiento, la joya que gobierna la ciudad

Ahora sí. Es hora ya de entrar en la plaza. Durante 400 años aquí estuvo la fortaleza que levantó Balduíno I para hacer frente a los vikingos. Hoy no queda prácticamente nada de ella, ya que en 1376 el Conde de Flandes Louis de Malle ordenó que la derribasen para construir un edificio más confortable y más acorde al esplendor y la riqueza de Brujas. Es el Ayuntamiento, el espectacular edificio que ves en la foto.

El Ayuntamiento es uno de los edificios más bellos de Brujas. Fue el primero de estas características que se construyó, y luego fue copiado por otros muchos en Flandes.

Si entras, sube al piso principal y entra en la gran sala de juntas (Billete Museos de Brujas). Son esas seis grandes ventanas que se ven desde la calle.

Es una amplia sala gótica, que no necesita de columnas en medio para sostener el piso de arriba (eso sí, las pinturas que cubren las paredes y el techo son mucho posteriores, del siglo XIX). Esta sala ha sido durante siglos el centro político de Brujas.

La fachada del Ayuntamiento está decorada con esculturas, pero las que ves no son las originales.

Las originales las destruyeron los franceses durante su ocupación de Brujas en tiempos de la Revolución. Y es que los revolucionarios centraron en esta plaza buena parte de su actividad. Este lugar representa el poder... y eran plenamente conscientes de ello.

Presencias y ausencias

A la izquierda del Ayuntamiento, como un gran merengue, con sus dorados y sus adornos casi imposibles, está el edificio renacentista que fue construido como sede del Registro Civil y que desde el siglo XIX es Palacio de Justicia.

Este edificio es una de mis debilidades. Piérdete en sus detalles, observa sus esculturas...

Justo enfrente de ambos, al otro lado de la plaza, puedes ver la mayor huella que dejaron los revolucionarios franceses tras su paso por aquí: un solar. Es el lugar que durante casi 1.000 años ocupó la catedral de San Donaciano, que fue totalmente destruida por los franceses. Fue en 1799.

La catedral se había empezado a construir poco después que la propia fortaleza y fue creciendo con el tiempo. Cuando la destruyeron era la iglesia más espectacular de Brujas y aquí estaban enterrados ilustres personajes de la historia de la ciudad, entre ellos el pintor Van Eyck y el humanista español Luis Vives. Sus tumbas, y sus restos, se perdieron con la destrucción y el saqueo del edificio.

El rincón mágico

A estas alturas te habrás fijado que la plaza tiene otro pequeño edificio, casi arrinconado al lado del Ayuntamiento, y también con esculturas doradas en su fachada. No lo dejes de lado, porque es un sitio mágico.

Es la basílica de la Santa Sangre. En ella se veneran los restos de lo que, según la tradición, es la sangre de Jesucristo, traída a Brujas desde Tierra Santa en época de las Cruzadas.

Pero si te parece, tómate un respiro para disfrutar del sitio, y deja esta historia para el siguiente capítulo.

Mapa del recorrido

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Mapa de Brujas 11

Sólo un par de pasos

Una vez que hayas regresado al punto de partida, para entrar al Brug desde el Groenerei basta atravesar el puente sobre el canal y enfilar el Callejón del Asno Ciego.