07 El Gran Padre Amstel

GUÍA DE AMSTERDAM. El Reino de los Prodigios

07. Las historias del gran padre Amstel

Da una oportunidad a la magia...

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Última parada en el Reino de los Prodigios. Después de la intensidad de la Ciudad Vieja, ha llegado por fin el momento de encontrarte con el gran padre Amstel y con sus historias. Es la zona elegante del viejo Amsterdam. Aquí verás, ahora sí, al Amstel desembocando en el "mar"... y podrás comprobar cómo, en efecto, lo que no mata engorda... porque aquí el Ayuntamiento y el Palacio de la Ópera comparten el mismo edificio... ¿Su nombre?... El "Ayuntópera"... claro...

Vayamos por partes... El camino desde la Ciudad Vieja hasta el Amstel te va llevar por unas calles con unos edificios más recientes... Aquí lo importante, más que lo que hay es casi lo que no hay. Porque esto es el barrio judío de Amsterdam, el Jodenbuurt... Bueno, los terrenos que alguna vez ocupó...

El carácter abierto y tolerante de Amsterdam había hecho que los judíos encontraran aquí un excelente lugar donde asentarse. Los primeros vinieron huyendo desde España y Portugal, en 1492, y luego los siguieron muchos más desde diferentes partes del Centro y el Este de Europa. Aquí llegaron a liderar una parte importante de la actividad de la ciudad. Uno de los negocios que controlaban era el de los diamantes, y Amsterdam llegó a ser el principal centro de comercio y talla de diamantes del mundo.

Esta historia sin embargo iba a acabar el 10 de mayo de 1940. Ese día, las tropas alemanas tomaron el control del país e instalaron un gobierno nazi en Amsterdam. La ocupación duró cuatro años... y lamentablemente pasó a la Historia.

Los nazis convirtieron este barrio en un gueto para los judíos. Lo rodearon por completo de vallas metálicas y colocaron unos férreos puntos de control en los puentes. Aquí los mantuvieron confinados sin ninguna oportunidad para escapar, antes de enviarlos a los campos de concentración. Más de 100.000 personas fueron deportadas desde estas calles. Entre ellas una joven que se convirtió en todo un símbolo, Ana Frank, cuya casa -y cuya historia- tendrás ocasión de visitar un poco más tarde en otro barrio de la ciudad.

Al acabar la guerra el barrio era una tierra fantasma, un lugar prácticamente desierto con edificios abandonados, en medio de la ruina... El gran hambre del invierno de 1945 a 1946 hizo el resto. Los habitantes de Amsterdam, desesperados, utilizaron para calentarse y para sus encender sus cocinas todo cuanto pudieron encontrar, muebles, enseres, vigas de madera... El barrio quedó devastado.

Como si hubiera quedado maldita, la zona tardó muchísimo tiempo en renacer. Apenas habían quedado edificios... Luego, años después, las obras del metro acabaron por derribar lo poco que había quedado en pie.

Pero poco a poco, y con más o menos éxito, ha ido encontrando de nuevo su sitio en la ciudad. Hoy, el Museo de Judío de Historia, la Sinagoga Portuguesa o el taller de diamantes Gassan (que ofrece visitas guiadas gratuitas a sus talleres) mantienen viva la llama del recuerdo.

Zuiderkerk... espíritu de supervivencia...

El edificio más relevante de la zona, fuera ya del Jodenbuurg propiamente dicho, es la Zuiderkerk, la Iglesia del Sur. Era la iglesia de la "parte noble" de los viejos canales, y fue la primera iglesia de la ciudad que se edificó específicamente para los servicios protestantes.

Sin embargo, por unas u otras razones, siempre le tocó vivir un tanto a la sombra de sus "hermanas". Fue construida poco después del año 1600, y fue iglesia durante algo más de 400 años, porque en 1929 dejó de serlo. Hoy alberga unas oficinas de información municipal.

En 1944, el año del hambre, sus naves fueron utilizadas como morgue porque los servicios funerarios estaban absolutamente desbordados.

Hoy es un poco complicado llegar hasta ella porque se encuentra casi escondida, casi en un patio interior entre edificios recientes. Pero ella es una superviviente y ha sabido ganarse su sitio en la ciudad... en las distancias largas... Sobre los tejados, aquí y allá, su torre inconfundible crea rincones inolvidables en los canales y en las orillas del Amstel.

Por fin el Amstel

Ahora sí. Aquí tienes el río Amstel. Aunque en esta primera ocasión te lo vas a encontrar con "seudónimo", bajo el nombre de canal Oude Schans. Cuando miras hacia la izquierda vas a ver los últimos metros de lo que hoy es el brazo principal del río, que desemboca en lo que en su momento fue el Mar del Sur. (justo donde está ese edificio moderno con forma de quilla de barco, que es el museo NEMO de ciencia y tecnología).

Y digo "en su momento" porque el mar, el mar propiamente dicho, ya no pasa por aquí. Esto era una bahía, pero en el siglo XX se construyeron unos largos diques y la cerraron. Hoy son aguas dulces... y ya no se llama "Mar del Sur", sino Ij... Mucho menos poético... Un canal lo comunica con el Mar del Norte.

Este lugar, un poco en tierra de nadie, entre lo nuevo y lo antiguo, entre el río y sus canales, es un espacio -cómo no- con una vida especial. Un lugar medio de paso medio de descanso, con su antiguo café, sus exclusas, sus pequeños barcos, sus amplias perspectivas, sus atardeceres... y la gente... siempre la gente... Otro de esos lugares donde sentarse y simplemente observar...

Cuando miras hacia "el mar" verás la torre Montelbaanstoren. Inconfundible. Era otra de las torres de la muralla de la ciudad, que en 1606 el arquitecto Hendrick de Keyser salvó del derribo . Le añadió ese remate con el reloj y un carillón, y la convirtió en un edificio útil y representativo. Una obra maestra del reciclaje. Es curioso lo distintas que son la parte de abajo y la de arriba, y lo sorprendentemente bien que se relacionan. La torre es realmente atractiva.

Sin embargo, parece ser que el destino no parecía estar muy de acuerdo con la transformación, y apenas cuatro años después toda la construcción se vino abajo. Los cimientos en ese suelo pantanoso no pudieron soportar tanto "aparato".

Pero el señor de Keyser no estaba dispuesto a que "los elementos" arruinasen sus planes y sin pensarlo dos veces decidió levantarla de nuevo, exactamente con la misma forma, pero esta vez con sólidos cimientos... El edificio se convirtió en el punto de reunión de los marineros que querían enrolarse en los barcos que salían con destino a las Indias Orientales...Y ahí sigue... con todo su aire marinero...

Rembrandt, Waterloplein y el "Ayuntópera"

Muy cerca de la explanada en la que estás te vas a encontrar la que fue la casa de Rembrandt en su época de mayor fortuna. Aquí vivió, pintó y disfrutó los mejores años de su vida... hasta que su desmedido ritmo de vida acabó por arruinarlo. Fue declarado insolvente, perdió la casa y sus pinturas, y tuvo que trasladarse al humilde barrio del Jordaan, al que irás casi al final de tu viaje, donde murió pobre y fue enterrado en una fosa común.

Sin embargo, esta casa sigue manteniendo vivo su recuerdo. Ha cambiado poco desde entonces y hoy es "su" museo, la Rembrandthuis (la Casa de Rembrandt).

Desde la esquina de la Casa de Rembrandt verás como, paralelo al canal, se extiende un mercado al aire libre. Es el mercado de Waterlooplein. Fue el principal mercado judío de Amsterdam, hasta la llegada de los nazis. Luego, tras unos años de vida incierta, en los 60 y 70 fue un mercado con sabor hippie y alternativo, y hoy, una mezcla de todo un poco...

Ya en los 80 se construyó a su lado el moderno, enorme (...y polémico) Stopera (el "Ayuntópera"), un edificio de ladrillo y piedra blanca que es a la vez la sede del Ayuntamiento y el Palacio de la Ópera... Una curiosa mezcla que tal vez sólo podría darse en una ciudad como ésta... y aunque sólo sea por eso ya merece seguir existiendo... Lejos, desde la otra orilla del Amstel, luce en todo su esplendor... como si cosas como ésta fueran inevitables...

Las "partes nobles"

Pero antes de abandonar esta parte de la ciudad, tienes una deuda pendiente. ¿Recuerdas? Un vistazo a la "parte noble" de los viejos canales que has estado recorriendo. Aquí ya no hay luces rojas, sino hoteles elegantes y calles tranquilas.

Aquí vas a encontrar alguno de los puentes levadizos típicos de Holanda, construidos así para dejar pasar los barcos. No falla: puente, canal, casas, bicicletas y barcas se las apañan para crear una imagen absolutamente típica de esta ciudad.

Uno de ellos, el que está en el pequeño canal Groenburgwal, se ha convertido en los últimos años en uno de esos "puentes del amor", con decenas de candados con los nombres de enamorados que luego arrojan la llave al agua como símbolo de su amor eterno. La torre de la Zuiderkerk, saliendo imponente sobre los tejados, ejerce como mudo testigo... Lo suyo, ya sabes, son las distancias largas...

El Hotel Doelen. Glamour y la Ronda de Noche

La visita las vas a acabar en un canal conocido: el Kloveniers Burgwal, ¿recuerdas? El canal que termina en Nieuwmarkt, cuyos edificios adivinas al fondo. Ahora no te costará adivinar que éste es el territorio de la Universidad, los cafés y los hoteles chic. Y es que este punto fue una de las zonas más elegantes del ya de por sí elegante Amsterdam de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

Haciendo esquina y prácticamente sobresaliendo del agua, vas a descubrir el hotel más antiguo de Amsterdam. El actual edificio es de 1882, aunque ocupa el lugar de una construcción anterior que ha dejado una huella profunda en la ciudad. Es el mítico hotel Doelen (hoy NH Doelen).

Sus salones -y sus habitaciones- albergaron a la mismísima Empreatriz Sissi... la original... como te lo recuerda una placa en la entrada del hotel... Y también a los Beatles... en pleno..., que en 1964 se alojaron en el hotel e incluso dieron en él la rueda de prensa previa a su concierto en Amsterdam.

Hoy el hotel conserva vivo el aquel viejo glamour... Y un cierto no-se-qué sigue flotando en su atmósfera... Situado en un lugar espectacular, justo donde el Kloveniers Burgwal se ensancha y se une con el río Amstel, el edificio parece como si hubiera sido concebido como un espectáculo en sí mismo.

Pero su historia... y su leyenda no acaban ahí ni mucho menos. El hotel ocupa el mismo lugar donde en el siglo XVII estaba la Torre Doelen, que no era otra cosa que el cuartel de los Kloveniers. ¿También los recuerdas, verdad? Eran la guardia de la ciudad, aquella especie de "guardia civil" que hacía en el canal las prácticas de tiro...

Pues bien, aquella Torre Doelen fue el lugar para el que Rembrandt pintó la más grande de sus obras, la Ronda de Noche... Y el lugar donde estuvo colgada mucho tiempo...

Con el tiempo el cuadro salió de aquí y la torre acabó por ser derribada. No obstante, la memoria de aquella historia quedó para siempre ligada a este lugar. Fíjate bien en la fachada del hotel que da al río. Verás que su cuerpo central recuerda y hace homenaje a aquella torre original, y arriba, junto al reloj, dos miembros de aquella mítica guardia cívica, con sus sombreros y sus mostachos en plena forma, como mosqueteros, se encargan de que el recuerdo siga estando vivo... para quienes sepan verlo...

Por cierto, que hace bien hace poco, el Rijksmuseum, el gran Museo de Arte de la ciudad, publicó un estudio del historiador holandés Dudok van Heel en el que se presentaba un sorprendente descubrimiento.

Se sabía que el encargo del cuadro había venido por parte de los responsables de los Kloveniers, que querían realzar la sala principal de su cuartel. Lo que no se sabía era que Rembrandt no había sido el único pintor contratado. En total habían sido seis, porque la idea consistía en contar con una serie de seis grandes cuadros unidos unos con otros de forma que ocupasen toda la extensión de la sala en un espectacular montaje envolvente. Al final Rembrandt no siguió demasiado las directrices de color y composición e hizo una obra muy diferente del resto... Hizo una obra maestra de la pintura universal... pero "arruinó" el efecto que se pretendía... Hoy es el único de los seis que se conserva... Lo puedes ver en el Rijksmuseum, donde es su "obra estrella".

El Hotel de l’Europe. Hitchcock... y los alemanes

El vecino Hotel de l’Europe es otro de los grandes hoteles de la época. El perfecto escenario para una película de cine negro... Tanto es así que fue utilizado por Alfred Hitchcock para rodar su película Enviado Especial, la película que filmó justo después de Rebeca y que estrenó, como ésta, en 1940.

Una película en la que el hotel aparece con su nombre real, y en la que el rótulo luminoso de la azotea tiene el protagonismo que merece en una película de intriga política y policial en blanco y negro. Una película de periodistas, intrigas y asesinatos ambientada en el inicio de la Segunda Guerra Mundial y que termina con un alegato en favor de la entrada de Estados Unidos en la contienda.

Lo paradójico del caso es que los alemanes ocuparon Amsterdam apenas unos meses después del rodaje, y el Hotel de l’Europe fue uno de los que eligieron sus oficiales para alojarse... Cosas de la vida...

Aquí... en este escenario de película en el que parece que en cualquier momento alguien va a gritar "Acción"... termina tu viaje por el Reino de los Prodigios...

Continúa: El Tercer Reino. El Gusto por la Vida

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El Mapa del Recorrido

Mapa de Amsterdam 07

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Las historias del gran padre Amstel

Mapa de Amsterdam 07-2

El comienzo de este recorrido recorre las calles donde estuvo el barrio judío de Amsterdam. St. Antoniesbreestraat te lleva derecho al lugar desde donde verás el principal brazo del Amstel desembocando en el "mar". Es el canal Oude Schans. Ahí mismo, casi en la esquina, está la casa de Rembrandt.

"Aguas arriba", el mercado de Waterlooplein y, en la orilla de enfrente, la "parte noble" de los canales que visitaste antes. Cruza. Verás dos canales. En el primero es el pintoresco Groenburgwal. Verás al fondo la Zuiderkerk; el segundo es el Kloveniers Burgwal (al fondo reconocerás las torres de Nieuwmarkt).

En la parte opuesta, donde el canal se ensancha para fundirse con el Amstel verás el Hotel Doelen (la entrada está por la parte de atrás). Desde la orilla de enfrente, ve rodeando la fachada del hotel que da al agua. Verás que el camino te lleva a un puente sobre el Amstel. Llega hasta la otra orilla. El río marca la frontera de este Segundo Reino.