05 La Ciudad Vieja

GUÍA DE AMSTERDAM. El Reino de los Prodigios

05. Oude Zijde, La Ciudad Vieja.

El "Caldero Mágico"

Da una oportunidad a la magia...

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De Oude Zijde es la Ciudad Vieja de Amsterdam... Es una zona de pequeños canales y de mucha vida... en la que, más que Historia vas a encontrar historias... Es un pequeño mundo al margen de lo convencional, que te sorprende, que te fascina... y que seguro te va a hacer pensar... Porque aquí las cosas se viven de otra forma.

El recorrido empieza en la calle Damstraat (... sí, con un "Dam" delante... pero no te preocupes que ya se terminan...). Como su "hermana" Damrak, empieza siendo un batiburrillo de gente, ruidos, colores, olores y sabores, pero ésta es mucho más estrecha, lo que hace que todo esté más concentrado. También es más corta. Así que al final, acaba siendo como una especie de "pasillo mágico", que en apenas cien metros te va a transportar directamente a otro mundo.

Aquí vas a ver tres pequeños canales, los más antiguos de Amsterdam. El primero que te encuentras es un canal de nombre casi impronunciable, el Oudezijds Voorburgwal, lo cual, si te pica la curiosidad, significa el Canal de la Ciudad Vieja que está Delante de la Empalizada (vamos, que en holandés resulta casi más manejable...).

Hacia la derecha, la parte más "noble", y hacia la izquierda, la más pintoresca... y la más "canalla". Vas a recorrer las dos... aunque no ahora... porque para entender este mundo, es mejor un poco de "rodaje" antes de entrar en detalles.

Por eso, por el momento simplemente déjate seducir por lo que tienes delante. El canal con la iglesia de San Nicolás sobresaliendo por los tejados. Según el día... o según la hora, es un lugar con muchas caras... Pintoresca... divertida... misteriosa... Y por si fuera poco, uno de los "puntos calientes" de la noche de Amsterdam...

Semillas... tiendas... y más canales

¿Has ido mirando a tu alrededor? Entonces ya habrás reparado en alguna que otra tienda de unas semillas un tanto especiales, algún comercio de utensilios "curiosos"... algún que otro coffeeshop.... Sí... se trata de marihuana y hachís. Todo ello forma parte de ese mundo que nació con la cultura hippie a partir de los años 70... y que con tanta naturalidad "se quedó a vivir" en Amsterdam.

Así pues, entre tiendas, pequeñas casas y locales curiosos vas a llegar hasta el siguiente canal. Es más estrecho y tiene un nombre muy parecido e igualmente tormentoso, Oudezijds Achterburgwal, que significa el Canal de la Ciudad Vieja que está detrás de la Empalizada (¿le vas pillando el "truco"al asunto...?).

También tiene dos zonas, noble a la derecha y "canalla" a la izquierda. En el tramo de la izquierda, a apenas unos metros de ti, está el corazón del Barrio de las Luces Rojas. No tendrás dificultad para ver algún cartel que desvele la "temperatura" del barrio. Pero no entres de momento. Reserva la experiencia mejor para la noche... Es lo suyo...

Ahora, puedes optar por una atracción cultural más diurna: un museo... Porque casi en la esquina, junto a una tienda de semillas, encuentras el Museo del Hachís, la Marihuana y el Cáñamo...

Luego, puedes continuar de nuevo por la calle por la que venías hasta llegar por fin al tercero y último de los canales que vas a visitar en esta zona, el Kloveniers Burgwal... a estas alturas, un nombre sencillo... "La Empalizada de los Kloveniers". El nombre le viene de los Kloveniers, que eran una especie de "guardia civil" de la ciudad que solía utilizar la zona para sus prácticas de tiro... Por cierto, unos guardias sobre los que probablemente sepas más de lo que crees... Los volverás a encontrar...

Este canal, cómo no, también tiene sus dos zonas, pero en este caso la zona de la izquierda ya no es tan "canalla". Ya no es el Barrio de las Luces Rojas... y por eso, ahora sí, es el momento de ir entrando ya en toda esta zona que hasta ahora has ido cuidadosamente bordeando.

Nieuwmarkt

Este canal es más reciente que los dos anteriores... aunque ya tiene sus 500 años. En la Edad Media aquí estaban las murallas de la ciudad. Iban paralelas a lo que hoy es la orilla izquierda del canal, y el propio canal era en realidad el foso que rodeaba a toda la ciudad. De hecho, el edificio que ves al fondo eran las puertas de la muralla, que todavía están en pie.

Sobrevivieron gracias a que se convirtieron en la oficina de pesas y medidas, y las torres que la flanqueaban se cedieron a los gremios de cirujanos, pintores y sastres como locales para que celebrasen sus reuniones. Desde entonces se conoce como De Waag (La Báscula)... y hoy alberga un café restaurante muy atractivo...

La idea de aprovechar las viejas construcciones partió del pragmático arquitecto jefe de la ciudad, Hendrick de Keyser, que fiel al espíritu práctico que está en la esencia del alma de Amsterdam, consiguió que las diferentes torres y puertas que había a lo largo de la muralla fueran rehabilitadas como depósitos, oficinas y dependencias varias. En tu viaje tendrás ocasión de ver unas cuantas...

Cuando se derribaron las murallas, parte de sus escombros se utilizaron además para rellenar la parte del foso que estaba delante de estas puertas, y el nuevo espacio se habilitó como mercado al aire libre.

Así nació el Nieuwmarkt (el Nuevo Mercado), que aún hoy sigue funcionando. Un mercado diario, que los sábados se centra en productos orgánicos, y los domingos, entre mayo y octubre, en cosas antiguas (libros, objetos, ropa...).

Con sus tiendas, sus cafés, sus terrazas, sus coffeeshops, gente yendo y viniendo, la plaza del Nieuwmarkt es un microcosmos inolvidable. Como si fuera la otra cara de la Plaza Dam. Tan cotidiana y a la vez tan única. Es como si fuera la plaza de las cosas sin mayúsculas. Tiene un algo que te invita a sentarte y simplemente observar cómo pasa la vida...

... En un café... o incluso es uno de esos bancos que habría podido diseñar Gaudí, y que a fuerza de contrastar con todo lo que los rodea, acaban por encajar sorprendentemente bien en el ambiente.

Las historias del Nieuwmarkt

El Nieuwmarkt ejerce una atracción especial para las historias... A veces uno está tentado de pensar que la "culpa" de ello la tienen las piedras procedentes de la muralla con las que rellenaron esta parte del canal...

El caso es que lo que habían sido las puertas de la muralla no tardaron en asumir a la perfección su nuevo papel de edificio noble. Y no sólo por su actividad en la vida del mercado, sino porque entre sus paredes se "coció" una de las obras maestras de la pintura universal.

Como te decía, uno de los gremios a los que se había otorgado el uso de las dependencias de De Waag en su "nueva vida" fue el de los cirujanos. Pues bien, para decorar sus paredes, los médicos decidieron contratar a un pintor de fama: Rembrandt. Y la respuesta estuvo a la altura. El "genio" hizo para los cirujanos y para De Waag la célebre Lección de Anatomía.

Manhattan a la vista...

Para terminar con las historias del Nieuwmarkt, una realmente sorprendente. Porque lo que quizás nunca pudiste sospechar es que de este humilde rincón iba a nacer la ciudad de Nueva York.

Ahora da un rodeo a De Waag hasta llegar al canal que hay justo a su espalda. El canal es la continuación del Kloveniers Burgwal y sigue hasta desembocar en el "mar". Pues bien, si miras justo donde estaba la desembocadura, al fondo, en la orilla izquierda, todavía puedes ver una robusta torre redonda con un tejado puntiagudo. Es la Schreierstoren, la Torre de las Lágrimas. Pues bien, desde aquí mismo salió el 4 de abril de 1609 el barco que habría de "descubrir" la isla de Manhattan, explorar el río Hudson y poner las bases de la ciudad de Nueva York.

El barco se llamaba Halve Maen (Media Luna) e iba comandado por Henry Hudson. Por eso, en su honor, el río de Nueva York se llama río Hudson.

Lo gracioso es que el destino inicial de la expedición no podía ser más opuesto. El barco salió con la misión de encontrar una ruta hacia Asia a través del Norte de Rusia. Pero no tardaron en comprobar que el hielo hacía absolutamente imposible el paso.

Sin embargo, en lugar de regresar a Amsterdam con las "orejas gachas", Henry Hudson decidió probar suerte en el sentido opuesto.

Y sin pensarlo dos veces, pusieron rumbo hacia el Oeste... hasta que se toparon con las costas de Norteamérica.

Tampoco lograron encontrar por ahí un camino hacia Asia, pero acabaron encontrando un gran río que recorrieron aguas arriba, y en él, una isla que los indios que la poblaban llamaban con el nombre de Manhattan.

El olfato comercial de este holandés le hizo intuir que ése era un excelente lugar para instalar un puesto permanente para el comercio. Y así fue así como se pusieron las bases de lo que poco después sería la colonia de Nueva Amsterdam... que con el tiempo acabaría por pasar a manos de los ingleses que le cambiaron el nombre por el que todavía conserva: Nueva York.

Los coffeeshops

Llegados a este punto, ahora sí, parece una buena ocasión para tomar un respiro, dejar por un momento las historias y empezar a entender mejor otra faceta del mundo que te rodea.

En este pequeño recorrido que llevas hecho ya has pasado por la puerta de varios coffeeshops. Si la vista no te ha alertado, probablemente lo haya hecho el olfato. Así que ha llegado el momento de saber de qué va la cosa.

Como ya te habrás dado cuenta, no se trata de lugares donde comprar café, ni siquiera donde beber una cerveza. Son cafés donde comprar y consumir marihuana o hachís. Pero como también te habrás dado cuenta (y por eso hemos esperado hasta ahora para hablar de ello), encajan de una forma natural con la ciudad.

No son antros ni lugares escondidos. Desde la misma calle no hay ningún secreto. Puertas y ventanas abiertas.

Están perfectamente regulados. No permiten la entrada a menores de 18 años ni venden alcohol. Tampoco permiten el consumo de drogas duras. Muchos incluso tienen terraza en la calle.

Eso sí, no busques la “carta” en el exterior para curiosear. No está permitido. El menú lo tienes dentro.

Y es que no les está permitido hacer publicidad de los productos que venden.

Tradicionalmente su decoración ha tenido mucho toque “Marley” y un cierto aire marginal, pero en los últimos años van surgiendo locales con decoraciones minimalistas no diferentes de cualquier café "ordinario". Los tiempos están cambiando...

El origen de estos locales únicos en el mundo hay que buscarlo en la “revolución hippie” que vivió Amsterdam a finales de los 60. El flower power vino íntimamente unido al consumo de ciertas sustancias, y a principios de los 70 empezaron a aparecer lugares donde se consumían de una forma más o menos tolerada.

Las autoridades locales, siempre preocupadas por tener las cosas encauzadas, decidieron prohibir el tráfico y consumo de las llamadas drogas “duras” pero en cambio ser más benévolas con las "blandas".

Al amparo de estas actitudes fueron apareciendo los primeros coffeeshops. El Bulldog y el Yelow Mellow fueron de los primeros, allá por 1975. El Bulldog sigue existiendo. Tiene varias sucursales, pero el original lo tienes muy cerca. Tendrás ocasión de pasar por él en el siguiente capítulo.

En 1976 se dieron los primeros pasos para autorizar formalmente el consumo de cannabis, aunque los coffeeshops vivieron en un cierto vacío legal hasta 1980 cuando fueron legalizados.

Con los años las leyes se fueron ajustando a la realidad cambiante. En 2012 se aprobó una ley estatal que limitaba el acceso a los coffeeshops sólo a los residentes convenientemente registrados como socios. Era una forma de evitar el “turismo de la droga”, sobre todo en las localidades fronterizas con Bélgica y Alemania. Pero una vez más las autoridades locales de Amsterdam se opusieron a que se limitase una actividad que después de varias décadas no había supuesto ningún problema para la ciudad.

Así pues, al final, la ley entró en vigor pero son las autoridades locales de cada ciudad las que deciden si es de aplicación o no en su ámbito. En Amsterdam decidieron no aplicarla, por lo que el acceso a los cofeeshops sigue siendo libre para cualquier ciudadano mayor de edad.

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El Mapa del Recorrido

Mapa de Amsterdam 05

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De Oude Zidje. La Ciudad Vieja

Mapa de Amsterdam 05
Mapa de Amsterdam 05-2

Este recorrido te ofrece una primera toma de contacto con el "Amsterdam profundo".

Arranca de la Plaza Dam y entra en la calle Damstraat. En línea recta pasarás por los tres canales en los que está basada esta parte del viaje: Oudezijds Voorburgwal, Oudezijds Achterburgwal y Kloveniers Burgwal.

Por el momento los dos primeros los vas a pasar de largo. El tercero te llevará hasta la plaza Nieuwmarkt.