Barrio europeo

LA GUÍA DE BRUSELAS. 12

El Barrio Europeo:

Cumbres Europeas y patatas al sol

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Parlamento europeo

El barrio europeo es la única imagen que se llevan de Bruselas miles de visitantes cada año. Llegan, se reúnen, "arreglan el mundo" y se van. Y cuando parten creen que han visto una ciudad, con sus oficinas de cristal, gris, llena de prisas y un poco carente de alma... Confiemos en que sean más perspicaces para sus negocios... porque lo que está claro es que no se han enterado de dónde han estado...

Una visita al Barrio Europeo sólo puede comenzar en la Plaza Schuman, el verdadero corazón del barrio... y siempre en obras... como la propia Europa. Cuando llegues, sitúate en el pequeño jardín que hay en la rotonda central. Va ser tu primer punto de observación de este particular "ecosistema".

Enfrente de ti tienes el imponente edificio principal de la Comisión Europea (digo principal porque la Comisión ocupa otros muchos edificios más repartidos por la zona).

Edificio Berlaymont Bruselas

Es el "mítico" Berlaymont. Un hito arquitectónico en su día, con su forma irregular de hélice, que ofrece muchísimos metros cuadrados de fachadas acristaladas. Hace años se pensó en derribarlo porque en su construcción los arquitectos se habían dado un auténtico festín con el amianto. Pero al final se decidió renovarlo totalmente y conservarlo para solaz de generaciones futuras.

El Consejo Europeo: el "reino" de la señora Merkel

Enseguida vas a poder tocarlo con tus propias manos, pero antes, sin moverte de aquí, mira el edificio de granito rosa pulido que tienes a tu izquierda. Es la sede del Consejo Europeo, la segunda de las instituciones europeas. Estás harto de verlo en los telediarios porque es el lugar donde se celebran las Cumbres Europeas. Hay una al menos cada trimestre, pero al cabo del año suele haber varias más extraordinarias. Las famosas "reuniones de Bruselas"... donde tanto manda la señora Merkel...

Aquí se reúnen los 28 jefes de Estado y de Gobierno. Más adelante verás la puerta por la que entran. De momento quédate con el edificio.

Si te fijas, a su lado, plaza abajo, hay una enorme obra. Son los trabajos de construcción de la nueva sede del Consejo: una extraña vasija dentro de una especie de urna de cristal...

Aprovecha para hacerle fotos ahora en obras, porque dentro de unos años se las vas a poder enseñar a tus nietos. En unos meses, grandiosa (y tal vez polémica) inauguración.

Consejo Europeo Bruselas
Consejo Europeo Bruselas

Y justo a su lado, escondido entre tanta obra, el Residence Palace, sede del Centro Internacional de Prensa. El auténtico "nido de periodistas" de Bruselas. Es el lugar de trabajo de miles de ellos.

La Comisión Europea: el Berlaymont

No hace falta que te acerques, vas a ver todo esto mejor desde enfrente. Porque ahora sí, llega el momento de tocar el Berlaymont. Abandona tu punto de observación, rodea el edificio por la izquierda y ve a la fachada que está detrás de la que has estado viendo.

Comisión Europea

Es la famosa fachada con las 28 banderas europeas (una por cada Estado miembro) que sale en los telediarios. Aquí dicen que manda el señor Barroso, presidente de la Comisión Europea... Su despacho, al menos, está dentro.

Hazte la foto frente a las banderas, como cualquier corresponsal que se precie... y hazlo también junto al letrero de la puerta. Luego, cuando vuelvas a casa y lo veas en el telediario, dirás aquello de "ahí he estao yo..." y entonces recordarás con un punto de nostalgia este maravilloso viaje...

La pequeña explanada que tiene delante el edificio es también la entrada principal cuando se viene en coche, por lo que no te extrañe si te encuentras con algún jefe de gobierno entrando o saliendo (verás que lleva una banderita de tela ondeando sobre el capó del coche).

La zona está repleta de oficinas relacionadas con las Comunidades Europeas, restaurantes y algún que otro café o pub irlandés realmente tranquilo durante buena parte del día, donde puedes hacer un alto y dejar reposar los espíritus...

Y, como anécdota, el pequeño rincón español, con la librería Punto y Coma y la elegante peluquería Herminio, una al lado de la otra, al principio de la Rue Joseph II.

Si vienes en un día laborable verás el ambiente ordinario de quienes vienen a "hablarlo en Bruselas".

Un oasis para el cuerpo... y la mente

Pero esto es Bruselas y, si ya has conseguido entenderla al menos un poco, ya supondrás que detrás de este "teatro" hay una segunda lectura. Y así es... Abre un pequeño paréntesis y camina apenas 100 metros por el Boulevard de Charlemagne. Estás en otro mundo. Plazas Ambiorix y Marie Louise.

Un espléndido oasis de tranquilidad a tres minutos a pie de la vorágine. Si estás en plena negociación y quieres tomar un poco de distancia respecto a lo que se está hablando, escápate hasta aquí, siéntate en un banco, da de comer a las palomas y seguro que empiezas a ver el mundo de otra forma...

Aquí vas a encontrar además unas casas realmente deliciosas. Tómate tu tiempo. Rodea la plaza Ambiorix (dejando siempre los jardines centrales a tu izquierda), y observa las casas mientras te diriges hacia la vecina plaza Marie Louise.

Estás en un espacio de principios y mediados del siglo XX (no tendrás dificultad en distinguir ambas épocas), donde por todos los poros brota la "Bruselas real", esa ciudad que necesita tocar la tierra, saborear el tiempo, recordar que el mundo es un lugar en el que se puede (y se debe) vivir...

Edificio Berlaymont
Bruselas
Bruselas
Bruselas Marie Louise

Y un poco más abajo, lo que en la plaza Ambiorix son jardines, en la plaza Marie Louise se convierte en uno de esos lagos urbanos que te vas a encontrar en numerosos lugares de la Bruselas moderna. Aquí, con su cascada (aprovechando el desnivel), sus chorros de agua, sus patos y sus gaviotas.

Justo antes de llegar abajo del todo, no dejes de observar la chocante vista del lago y las pequeñas casas del barrio con las "enormes" construcciones europeas justo detrás.

Un recordatorio, para quien deba recordarlo, de que mientras probablemente en este mismo momento, a apenas diez minutos a pie de este pequeño paraíso, 28 jefes de Estado y de Gobierno estén reunidos decidiendo el futuro de todos nosotros, hay una vida que late. No una vida de diferenciales con el bono alemán y objetivos de déficit... sino la vida de las cosas que realmente importan... o deberían importar...

Bruselas, place Marie Louise

El Arco del Cincuentenario

Bien, cierra el paréntesis y regresa a Schuman (si lo haces por la rue Archimède, la paralela a aquélla por la que viniste, verás otra muestra de la presencia española en la zona. No temas, no pasarás de largo...)

Una vez en Schuman, antes de continuar con la visita a la "segunda parte" del Barrio Europeo, te recomiendo hacer un segundo paréntesis y acercarte al Arco del Cincuentenario que seguro que ya has visto antes al fondo de una de las calles que salen de la plaza. Merece la pena. No es un desvío grande.

Arco del Cincuentenario, Bruselas

El monumento se levantó hace algo más de 100 años para conmemorar el cincuentenario de la fundación de Bélgica. Tiene varios museos (en el ala de la izquierda según miras, el de la aviación, a través del cual sales a la terraza superior; y a la derecha, uno interesante, de coches antiguos, con una buena muestra de vehículos del siglo XX). No hace falta que entres en los museos si no quieres, pero el paseo hasta aquí es agradable, la foto impresionante y, si el tiempo es bueno y es la hora del almuerzo, verás que también es posible trabajar en el duro mundo comunitario y saborear un sandwich sobre la hierba al sol rodeado de cotorras verdes...

Ahora sí, vuelve de nuevo a Schuman para ir al otro de los "corazones" del barrio Europeo: el Parlamento.

Cumbres Europeas... y patatas fritas con cerveza

Sitúate en el punto en el que comenzaste la visita y camina calle abajo por la rue Froissart, bordeando la fachada del edificio de granito rosa del Consejo Europeo. Verás que en realidad son dos edificios. Pues bien, justo el espacio que separa a ambos es el lugar por el que entran los participantes a las Cumbres Europeas. Si echas un ojo, al final de la rampa verás a la derecha la marquesina azul donde se detienen los coches y esperan los periodistas para las declaraciones. Aquí, amigo mío, es dónde se cuece tu futuro...

Consejo Europeo Bruselas

Claro, que estamos en Bruselas. Y eso es perfectamente compatible con que, justo al mismo tiempo, apenas a cien metros de aquí tú puedas estar también pensando en tu futuro, sentado en una terraza, al calor de una buena cerveza y con un enorme cucurucho de las que tienen fama de ser las mejores patatas fritas de la ciudad. Porque estás a punto de llegar al reino de Maison Antoine.

Verás que la calle por la que vas desemboca en una plaza. Es la Place Jourdan. Hotel, supermercado, restaurantes... y el kiosco de las patatas, con su tejado cónico de pizarra y su casi eterna cola.

Fíjate porque varios de los cafés de la plaza tienen carteles que avisan que las "frites" de Maison Antoine son bienvenidas. Es decir, que puedes entrar en ellos con tu cucurucho a comerlas tranquilamente si pides las bebidas. En el interior o en sus terrazas, incluso en pleno invierno, con sus estufas de infrarrojos.

Las patatas tienen su secreto, que obviamente no te van a revelar, pero que tiene que ver con el hecho de que se frien dos veces (primero a "baja" temperatura y luego unos segundos a temperatura muy alta), un aceite ("secreto") consistente, un envoltorio a base de varios cucuruchos de papel para que absorban la grasa, y una enorme colección de salsas (la "Andaluza", por alguna extraña razón, es una de las favoritas...). Crujientes por fuera y esponjosas por dentro...

Hay quienes prefieren las patatas de otras "friteries"... Bueno... es un buen pretexto para repetir la experiencia en otros sitios...

Y si te gusta la pizza, no dejes de echar un ojo en Mamma Roma. Pizzas excelentes (y muy originales), con porciones al peso para tomar allí o para llevar. Tiene varios restaurantes por la ciudad.

El parque Léopold y el pueblo soberano

Y ahora, con el espíritu bien alimentado, ya puedes abordar la parte final de tu recorrido. Vas al Parlamento Europeo... y lo vas a hacer "por la puerta de atrás".

Sal de la plaza y entra en el pequeño Parc Léopold, otro de esos oasis urbanos que esconde Bruselas detrás de cada rincón.

Patatas Fritas Maison Antoine, Bruselas
Parque Léopold

Si hace buen tiempo es un excelente lugar para tomar un respiro en sus bancos al lado del lago... Ve hacia la derecha rodeando el lago. Merece la pena. Tal vez te hayas percatado de que allá en lo alto de la colina hay un edificio de acero y cristal de formas redondeadas. Es el Parlamento.

Seguramente, según vayas haciendo el camino, y vayas consiguiendo perspectiva, te irás dando cuenta de por qué durante años se le llamo "Le Caprice des Dieux" (el Capricho de los Dioses). Y no tanto por su magnificencia ni por su posición "ideal" allá en lo alto de la colina, sino porque es casi idéntico... al dibujo que aparecía en las cajas de los quesos "Caprice des Dieux"... Cosas del pueblo soberano...

Unos metros más arriba vas a llegar a este lugar:

Parlamento Europeo

Probablemente sigas viendo estos dos mismos caminos. A la izquierda, la amplia y cómoda escalera construida por las autoridades competentes para salvar el desnivel; a la derecha el incómodo camino que por su santa voluntad elige cada día el pueblo soberano para hacer lo propio. Si hoy no ves el segundo es porque tal vez las autoridades competentes hayan decidido volver a sembrar la hierba. Pero no temas, no tardará en volver a aparecer.

Y es que, como suele decir un buen amigo, eurodiputado en ese mismo Parlamento, los designios del pueblo soberano son inescrutables...

El Parlamento Europeo

El resto del camino te va a ofrecer unas magníficas vistas del edificio. Rodéalo por la derecha. Este edificio fue la sede originaria del Parlamento. Luego se quedó pequeño y en esa tendencia a la grandilocuencia propia de las autoridades comunitarias, se le añadieron una buena colección de edificios de vidrio que son los que tiene a su lado.

Parlamento Europeo

Allí, entre el edificio original y los nuevos, verás las banderas de los 28 Estados miembros y un extraño monumento al Euro.

Justo allí, sube por las escaleras que atraviesan uno de los edificios nuevos y llega a la explanada principal del Parlamento Europeo. Una explanada grande... sí... quizás un tanto fría...

Tal vez tengas la sensación de que éste sea un reino aparte. El reino del Parlamento. Grande, aséptico, a veces distante, como si le gustase vivir con sus propias normas... como aislado del resto del mundo... ¿Una metáfora?... ¿una falsa impresión...?

Parlamento Europeo, Bruselas

Sea lo uno o lo otro, lo que es cierto es que al final, al igual que ocurría con el camino de tierra de la parte de atrás, el pueblo soberano siempre acaba poniendo las cosas en su sitio (o por lo menos lo intenta...). Y eso aquí, en la fachada principal, ocurre en la plaza que hay justo delante, la Plaza Luxembrgo.

La Plaza Luxemburgo es el punto de conexión del Parlamento con "el mundo real". El pequeño edifico que enlaza la explanada con la plaza era la antigua estación de tren de Luxemburgo (la actual es subterránea) y la plaza conserva ese aire de plaza de la estación de una tranquila capital de provincia.

Está repleta de cafés y restaurantes que viven de las personas que trabajan o visitan el Parlamento. Llenos a la hora del almuerzo y llenos, sobre todo, en la tarde-noche, cuando termina la jornada laboral, se aflojan las corbatas y llega la hora de tomar unas cervezas o ver el fútbol con los amigos. El momento, incluso, de una sana irreverencia... como bien saben las esculturas que hay en el centro de la plaza, que llevan con resignado estoicismo el hecho de estar siempre en el centro de la fiesta...

Plaza Luxemburgo

En Plaza Luxemburgo vas a poner el punto y final a tu visita al Barrio Europeo. Hoy ya lo sabes. Que no te cuenten otra cosa: un lugar -sí-de edificios de cristal, trajes con corbata y primas de riesgo... pero también de lagos con gaviotas, deliciosos rincones donde enredarse con el tiempo, patatas fritas, cerveza... y hasta un "punto" de sana irreverencia...

Mapa del recorrido

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Mapa de Bruselas. Barrio Europeo

Un paseo con dos corazones... y mucha vida

Inicia el recorrido en la Plaza Schuman (Metro Schuman). De ahí irás a las plazas Ambiorix y Marie Louise a través del Boulevard Charlemagne. Rodea ambas plazas (dejando la parte central a la izquierda) y luego regresa a Schuman, bien otra vez por el Boulevard Charlemagne, o, mejor, por su paralela, la Rue Archimède.

Para ir de Schuman al Arco del Cincuentenario la cosa es fácil porque lo verás al fondo de la calle, por la Rue de la Loi.

Una vez de nuevo en Schuman, prosigue el camino por la Rue Froissart hasta la Place Jourdan y sus patatas.

Para ir luego al Parc Léopold, sal por la calle que hay a la izquierda del Hotel Sofitel y simplemente cruza la calle. Rodea el estanque, dejando el agua siempre a la izquierda y cuando hayas dado una vuelta casi completa, sube por el camino que te lleva hasta el Parlamento Europeo.

Una vez allí, rodea el edificio por la derecha y, justo antes de llegar a su puerta principal, sube por la escalera que atraviesa el edificio que está enfrente. Te dejará en la explanada principal del Parlamento.

Allí verás ya la Plaza Luxemburgo, contigua a la explanada (separada de ella por el pequeño edificio de la antigua estación de tren).