07. Y al fin... la Tumba del Gigante

Tadeus Zimm en los bosques de Bouillon

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Y al fin... la Tumba del Gigante

La Tumba del Gigante, junto a Botassart, va a ser el final de tu viaje. Desde hace miles de años este lugar ha ejercido una extraña fascinación. Hoy serás capaz de entender por qué.

No es casualidad que hace más de cien años aquellos desconocidos terminaran su misterioso viaje en este mismo lugar. Lo que vieron sus ojos no fue muy distinto de lo que tu puedes ver ahora... ni tampoco fue muy distinto de lo que habían visto los habitantes de estos bosques hace más de 2.000 años...

Cualquiera te dirá que La Tumba del Gigante es un meandro de río Semois en su interminable recorrido por los bosques de Bouillon. Estará en lo cierto. Pero hay mucho más.

Una energía especial

Este lugar tiene una energía especial y durante siglos ha ejercido una extraña fascinación entre quienes han pasado por aquí. Y tal vez haya sido esa misma energía la que le ha permitido llegar hasta nosotros en su estado natural, sin construcciones que comprometan su magia. Como si esa energía tuviera la capacidad de hacerlo eterno.

Es un lugar sencillo y a la vez majestuoso. Emana paz pero al mismo tiempo produce una cierta inquietud. Como si detrás de toda esa calma y de ese silencio latiese algo muy vivo que no fueras capaz de ver pero cuya presencia, en cambio, eres capaz de sentir.

Lo más probable es que encuentres otros visitantes, pero si te acercas por aquí bien avanzada la tarde lo tendrás para ti solo.

Siempre la leyenda...

Hace más de 2.000 años éstas eran tierras de los Celtas y sus leyendas todavía sobreviven. Son tierras de bosques espesos, de rocas de formas caprichosas, de caminos sinuosos, de lluvias, de nieblas...

Hay otras leyendas que nacen con el paso del tiempo, como aquélla que cuenta que aquí está enterrado un gigante celta que se lanzó al vacío para no caer prisionero de las legiones de Julio César tras la batalla del Sambre.

Pero tal vez la más sorprendente sea la más reciente de todas ellas. Una curiosa historia que desveló hace unos años Louis Charpentier en su libro “Los gigantes y los misterios de los orígenes”. No me resisto a contarla.

Las tumbas del gigante IsoréCuenta Charpentier que en Francia hay una tradición muy antigua que habla del gigante Isoré y de su tumba. Pero lo curioso del caso es que a lo largo del país hay decenas de lugares identificados de una o de otra forma con tumbas del gigante Isoré. Por eso piensa que más que una mera leyenda, esas "tumbas" podrían tener otro significado. Podrían ser piezas sueltas de un puzzle que hoy aún no somos capaces, no ya de descifrar, sino ni siquiera de ver. Charpentier sabía que la Tumba del Gigante de Botassart podría ser uno de esos lugares “isoríacos”, y lo añadió al mapa que estaba realizando con todos ellos. Y cuando trataba de encontrar alguna relación entre ellos hizo un sorprendente descubrimiento.

Sorprendente alineación

Se dio cuenta de que si trazaba unas líneas que uniesen los lugares en los que había tumbas de Isoré, varias de esas líneas convergían justo aquí, en la Tumba del Gigante de Botassart.

Mira este mapa. Una línea casi perfecta Norte-Sur une la Tumba del Gigante con las de Is-sur-Tille, Yzeure, Seurre y Le Grand Serré para terminar en Istres, cerca de Marsella, a 700 kilómetros de aquí en línea recta.

Otra enlaza este lugar con Esse, Gisy-les-Nobles, Saint Gondon y Sers.

Y una tercera lo enlaza con Gisors, Lisores, Dol de Bretagne y la zona de la bahía de Douanez donde está engullida por las aguas la legendaria ciudad de Ys... a 700 kilómetros de aquí en línea recta.

Un dibujo perfectoPero aún hay más. Ahora mira éste otro mapa y verás que si además se traza una línea entre Istres y la legendaria ciudad de Ys la figura se cierra formando un triángulo equilátero... de 700 kilómetros de lado.

Charpentier no se atreve a aventurar una explicación para esto. Se limita a constatarlo. Aunque recuerda que no es necesario recurrir a fenómenos paranormales. Las culturas milenarias estudiaron los astros y elevaron construcciones que reproducían en la Tierra figuras relacionadas con lo que veían en el cosmos. Charpentier incluso va más lejos y encuentra una relación de estas creencias con el culto egipcio a Osiris (Osiris-Isoré).

Tal vez las tumbas de Isoré podrían ser los hitos que formasen un enorme dibujo geométrico cuyo secreto lo hubiesen custodiado los druidas celtas y se lo hubiesen llevado para siempre... o casi...

Un lugar con magia

Quién sabe... Probablemente todo eso no deje de ser más que una pura fantasía elaborada a partir de una serie de coincidencias más o menos reinterpretadas.

Habrá quien diga que la fuerza que emana este lugar viene de las líneas que convergen en él. Otros dirán que es la propia energía del lugar la que ha inspirado todo lo demás.

De lo que no cabe ninguna duda es que este lugar es mágico. Y que esa sencilla majestuosidad sigue inquietando siglo tras siglo. Y tú, después del viaje que has hecho, estás en condiciones de absorber toda la magia que emana de estos bosques.

La última tarjeta postal

Hubo una última tarjeta postal con una imagen de este paisaje. Estaba escrita en francés y fechada unos meses después de aquella primera del Beaterio de Brujas. "Gracias de todo corazón por haber hecho posible esta experiencia. Hoy ya sé lo que debo hacer".

"¿Hoy ya sé lo que debo hacer?"... Nunca llegué a saber cuál era la historia que se escondía detrás de ese viaje. Desde aquél “Escríbeme para recuperar el tiempo perdido” de Brujas hasta este “Hoy ya sé lo que debo hacer” de los bosques de Bouillon... Y tal vez sea mejor así.

Porque, más allá de la curiosidad, lo realmente importante de todo aquella experiencia no fue la historia, sino el camino que hizo posible.

Un camino que hoy, a ti, tal vez te haya enseñado a mirar con otros ojos el mundo que te rodea. A sentir la magia que hay a nuestro alrededor, a entender que un viaje puede ser una experiencia inolvidable.

Como lo fue para aquellos desconocidos... y como lo fue para todos aquellos que antes de ellos fueron haciendo estos mismos caminos a lo largo del los siglos. Tal vez hoytambién seas ya uno de ellos.

Mira a tu alrededor. Quizás veas otros visitantes. La mayor parte de ellos sólo verán aquí un mirador con un bonito paisaje. Tú estás viendo todo un mundo mágico, del que tú mismo ya formas parte. Por eso eres capaz de sentir la energía que emana de estos bosques, de estas aguas, de este aire, de estas nieblas... y de estas lluvias.

Este viaje ha terminado. Ahora ya pueden venir otros muchos.

Mapa del recorrido

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Mapa Ruta Bosques de Bouillon 7

Hacia la Tumba del Gigante... y el final del camino...

El camino entre Rochehaut y Botassart vienen a ser unos 10 kilómetros.

Sal desde Rochehaut por la N819 en dirección a Menuchenet (pero no tienes que llegar hasta allí).

Cuando llegues a Mogimont toma dirección a Ucimont. Tienes que atravesar Ucimont y luego Botassart. Pero lo más fácil es que sigas los pequeños indicadores de color marron "Le Tombeau du Geant" (La Tumba del Gigante). Te llevarán hasta allí. Está justo a la salida de Botassart.

Cuando termines, deshaz esta última parte del camino, hasta Mogimont. Desde ahí puedes continuar hasta Menuchenet por la N819 (a 1 kilómetro).

Tu camino como tal ha terminado. Si quieres volver a Bruselas, desde la N819 tienes que ir en dirección a la autopista A4/E411, que está a unos 20 kilómetros. Cuando llegues a la autopista tendrás unos 147 kilómetros a Bruselas.

Si quieres volver a Bouillon, desde Menuchenet, simplemente sigue los indicadores. Estás a 8 kilómetros por carretera rápida.

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