02. Les Hayons (II). El Salto de las Hechiceras
Tadeus Zimm en los bosques de Bouillon
00 Tadeus Zimm en los bosques de Bouillon 01 Les Hayons (I). Hadas y hechizos en el claro de luna 02 Les Hayons (II). El Salto de las Hechiceras
03 Bouillon (I). Historias de bosques, fronteras y guerreros 04 Bouillon (II). De aquí partió la Primera Cruzada 05 Corbion. El espíritu de los poetas malditos 06 Valles, crestas... y el espíritu de la Navidad 07 Y al fin... La Tumba del Gigante
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Les Hayons (II). El Salto de las Hechiceras y el río Semois
Las hadas atravesaron por encima del lugar en el que acabas de estar y se reunieron unos metros más lejos, en el bosque, justo al lado de otro precipicio. Allí tomaron una decisión.
El lugar es conocido hoy como El Salto de las Hechiceras (Le Saut des Sorcières).
Para llegar al Salto de las Hechiceras tienes que prestar atención porque el camino no es fácil de encontrar. Baja andando por la carretera unos 100 metros y busca a la izquierda un minúsculo camino que sale justo de ella y que se abre en medio de una alambrada de color azul verdoso. Probablemente no esté señalizado, pero está ahí.
Cuando lo encuentres, síguelo. El camino sube encajonado entre dos alambradas (de tela metálica a un lado, de alambre de espino al otro). Estas alambradas tienen su historia pero ahora no vamos a detenernos en ella.
En Les Hayons parece como si la convivencia entre las hadas y los humanos tuviese siempre sus luces y sus sombras...
Pero esto también forma parte de la historia y de la leyenda...
Completar el camino apenas te llevará unos pocos minutos (eso sí, cuesta arriba y con un suelo muy irregular). Al final estarás en el sitio que aparece en la foto del comienzo del capítulo. Fue justo ahí donde se reunieron las hechiceras.
El Salto de las Hechiceras
Enfurecidas, escribieron con sus varitas mágicas furibundos conjuros en las rocas de pizarra que afloran aquí y allí. Lo hicieron con una escritura críptica en forma de rayas y curvas, para que los conjuros perviviesen para siempre. Quién sabe si hoy serás capaz de verlos...
Tras hacerlo, saltaron desde esta roca, sobrevolaron los bosques que tienes delante y desaparecieron para siempre. Hay leyendas que dicen que siguen ahí, ocultas en algún lugar donde esperan dormidas a que.... Aquí hay diferentes versiones... Dejémoslo así... de momento...
Lo que es cierto es que, tal como comentan los actuales habitantes de Les Hayons, sus antepasados cambiaron hadas por vacas... Hoy sigue habiendo vacas en Les Hayons pero las hadas... Bueno, las hadas no parece que hayan desaparecido....
Las hadas saltaron y desaparecieron, pero ¿qué ocurrió con el pastor? Hay varias historias sobre lo que ocurrió después, pero según parece, sus extraños poderes para dominar a las hadas acabaron por levantar suspicacias entre sus vecinos quienes terminaron por acusarle a él mismo de brujería. No obstante, su final fue menos poético que el de las hechiceras a las que había vencido. Se cuenta que Colás Tcha-Tcha fue quemado vivo en el puente de la cercana ciudad de Bouillon. En el pequeño valle que tienes delante hay una roca que lleva su nombre.
El río de las hadas
Como bien puedes imaginar, no puedes terminar tu visita a Les Hayons, sin bajar al río y hacer un tributo a las hadas. Sigue bajando por la carretera. Quedan unos 800 metros. Si lo prefieres (por aquello de la subida luego, a la vuelta), puedes volver al coche y hacer este tramo en él. Al final tienes sitio para dejarlo.
Acabas de llegar al río Semois, el verdadero vertebrador de nuestra historia. Antes lo viviste desde arriba. Ahora es el momento de hacerlo desde dentro. Toca sus aguas y las del pequeño afluente que desemboca allí mismo (el Ruiseau des Aleines). Y, si la temperatura y el caudal lo permite, incluso métete dentro. Salvo que el río vaya muy crecido (que podría ser), este punto concreto es un vado y la profundidad es de apenas unos pocos centímetros.
La orilla que tienes enfrente no es ni más ni menos que el inicio de la colina de Hultai. Estás en territorio de las hadas.
A tu izquierda verás la entrada de un camping. Es el camping de Maka. Tal vez trivializa un poco el lugar, pero si eres un amante de este tipo de alojamiento, tienes una verdadera oportunidad de vivir la historia desde dentro y recrear estas historias por la noche junto al río, al calor de una buena hoguera.
Si recorres este lugar con la primavera avanzada o en verano y continúas caminando río abajo lo más probable es que veas macizos de flores, incluso lo que parecen pequeñas orquídeas silvestres. Pues bien, hay quien dice que ése es el espíritu de aquellas hadas.
Cuando saltaron no desaparecieron, sino que se transformaron y todos los años vuelven a la vida junto a estas mismas aguas, en estas mismas praderas y junto a esta misma colina.
Y por eso, a fin de cuentas, Les Hayons sigue siendo el pueblo de las hadas.
Tal vez los primeros metros del camino te resulten un poco tediosos (hay que pasar junto a tres o cuatro edificaciones). No importa. Sigue paralelo al río en dirección a la Roche Percée (la Roca Partida). Es una roca junto al río que ya era muy conocida en la Edad Media.
Si te apetece, llega hasta ella. No serán más de 100 metros. Si no, simplemente déjate seducir y respira el ambiente. La pradera en la que estás es el corazón de esta historia. Si eres capaz de respirar la magia, tu viaje puede continuar. Vas por el buen camino.
Continúa: Bouillon (I). Historias de bosques, fronteras y guerreros
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Mapa del recorrido
Encuentra el sendero
Desde el mirador del Monte Zatrou, desciende por la carretera caminando unos 100 metros. Ve mirando con cuidado la parte izquierda de la carretera. Verás una alambrada de color azul verdoso. Llega un momento en que la alambrada deja un pequeño paso. Ése es el camino. Puede haber un pequeño indicador "Saut des Sorcières"... o no...
Entra por ese camino y sube por él otros 100 metros, rodeado de alambradas. Llegarás al pequeño mirador del Salto de las Hechiceras.
Verás que de ahí mismo sale un pequeño sendero que va monte abajo. Si lo siguieras te llevaría hasta el valle, junto al arroyo que ves allí abajo.
Luego regresa de nuevo a la carretera y continúa cuesta abajo hasta el río. Tienes dos opciones: caminando (unos 800 metros) o vuelve al coche y sigue en él (hay sitio donde aparcar junto al río).
Cuando termines, deshaz el camino y regresa a Les Hayons. Tienes unos 1.400 metros... en coche (si lo bajaste) o cuesta arriba (si lo dejaste en el pueblo).