Guía de Bruselas

de Tadeus Zimm

logo facebook
Porte de Hal

envíanos un email

Entra en el juego y déjate enamorar por una ciudad como nunca antes te la habían contado

Éste es un viaje a uno de los secretos mejor guardados de Europa. Bruselas es una ciudad que te vas a llevar para siempre en el corazón gracias a pequeños instantes únicos. Cuídalos... porque la ciudad los va a ir poniendo a tu lado

Hay quien dice que Bruselas es uno de los secretos mejor guardados de Europa. Yo no tengo la menor duda.

He llegado a pensar que, en un acto de genialidad, ha sido capaz de construir una imagen de ciudad gris, triste y funcionarial que no es más que el hábil camuflaje para alejar de ella a quienes no sean capaces de entenderla.

Muchos caen en la trampa y con ello el mito sigue viviendo. Pero si estás dispuesto a encontrar la llave que abre ese secreto, descubres una ciudad absolutamente fascinante.

Bruselas es, por encima de todo, una forma de entender la vida. Tiene la extraña habilidad de transformar lo extraordinario en algo cotidiano.... Y ahí reside parte de su secreto.

Es la única ciudad del mundo en la que puede haber 27 jefes de Estado y de Gobierno reunidos al mismo tiempo varias veces al año y que la vida no se altere en absoluto. O puede haber sido el escenario de grandes acontecimientos sin que casi nadie sea realmente capaz de recordarlo...

¿Sabías que aquí nacieron Audrie Hepburn, Jacques Brel o Julio Cortázar? ¿O que aquí Marx y Engels escribieron el Manifiesto Comunista, Victor Hugo publicó Los Miserables... o, en fin, que tanto Carlos V como su hijo Felipe II fueron proclamados aquí mismo reyes de España...?

Y es que, mientras otras ciudades exhiben con pompa sus grandes glorias, Bruselas de alguna forma las esconde o, por decir mejor, las interioriza, como si las quisiese preservar para disfrutarlas "como es debido"...

...Y, en efecto, sabe cómo hacerlo. De eso no son conscientes aquéllos que lanzan una mirada superficial a la ciudad... y gracias a ello, el mito sigue vivo...

Unas viejas tarjetas postales...

Unas viejas tarjetas postales escritas aquí mismo hace más de cien años me descubrieron la llave para abrir el secreto del alma de Bruselas. Contaban un viaje por la ciudad, pero eran también un pequeño juego.

La historia empezaba el 1 de enero de 1904 en la Grand Place, con lo que aparentaba ser la visita más tópica de la ciudad. Pero poco a poco aquí y allá iban surgiendo historias que te iban enredando, te iban abriendo su alma y hacían que tú mismo te fueras sintiendo dentro de la historia...

No era un recorrido más o menos lineal, sino un curioso laberinto en torno a la Grand Place que te llevaba a ella una y otra vez para que en cada visita te sorprendieras con una mirada diferente.

Y al terminar, el juego guardaba una sorpresa final. Porque la historia continuaba después de acabar la partida...

Como si, cuando aprendes a mirar esta ciudad, de alguna forma te convirtieras en "uno de los suyos" y ya eres capaz de descubrir su alma en todos los rincones en los que ésta se encuentre.

Un viejo secreto

Hoy he vuelto a hacer ambos viajes, el de la ciudad vieja y el de la ciudad nueva. Y, si te seduce, te invito a compartir este pequeño -y viejo- juego.

Descubrirás que el secreto, el verdadero secreto de Bruselas no sólo consiste en que esta ciudad sea capaz de hacer de lo extraordinario algo cotidiano, sino que por encima de todo, y ahí está la clave, consiste en hacer de lo cotidiano algo verdaderamente extraordinario.

Porque Bruselas es ante todo una filosofía de vida. Una forma de entender la vida que tiene la capacidad de hacer que el instante más cotidiano pueda convertirse en una experiencia inolvidable. Una ciudad moderna en la que todavía se oyen las campanas; una ciudad de mercados callejeros, de cervezas al sol, de música de acordeón y de cafés junto al fuego; una ciudad en las que la gente se para y te habla por la calle... Una ciudad, en fin, en la que puedes ir al bosque en tranvía...

Y eso no se ve en una mirada apresurada a los monumentos. Es una ciudad en la que hay que aprender a saborear el tiempo.

Pero no tengas miedo; eso se puede hacer perfectamente en una visita corta. Aunque, eso sí, nunca en una visita apresurada...

¿Me permites un consejo? No corras... no pretendas verlo todo... Entra en el juego. No hagas de la visita a Bruselas una mera lista de las cosas que hay que hacer... No siempre un museo es mejor que un café junto al fuego con los amigos... Bruselas es una ciudad que te vas a llevar para siempre en el corazón gracias a pequeños instantes únicos... Cuídalos, porque la ciudad te los va a ir poniendo a tu lado...

Tal vez la mayor riqueza que te puedas llevar de Bruselas es haber tenido la oportunidad de vivir el tiempo de otra forma... como sólo se vive aquí...

Y si tu tiempo en Bruselas va a ser muy limitado, no temas, lee esta guía... y deja que sea el corazón quien seleccione los lugares a los que debes ir.

Mont des Arts