Catedral y Ciudad Alta

LA GUÍA DE BRUSELAS. 5

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Camino de la Ciudad Alta. La Catedral, las "cicatrices" y el Mont des Arts

Bruselas

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La Bruselas histórica eran casi dos ciudades: la Ciudad Alta y la Ciudad Baja. Hasta ahora has estado viviendo las historias de la Ciudad Baja, la ciudad de los mercaderes y de los ciudadanos que tenía su centro en la Grand Place. La Ciudad Alta estaba en lo alto de la colina y era el reino de los Duques de Bravante. Ahora vas a recorrer el camino que separa ambos mundos, una especie de tierra de nadie que a veces une... y a veces separa.

Para empezar, nada mejor que hacerlo por el edificio que se encuentra a mitad del camino y que hace de nexo de unión entre ambos mundos: la Catedral, mitad ciudadana y mitad noble, y que, como no podía ser de otro modo -por aquello de estar a mitad de camino- se encuentra dominando una amplia explanada en cuesta.

Explanada Catedral Bruselas

La gran "cicatriz"

Cuando estés llegando a la gran explanada te voy a pedir que hagas un paréntesis, porque merece la pena ver algo de lo que muy pocas de las personas que pasan por aquí son conscientes: una enorme "cicatriz" urbana, y un espacio que tal vez dentro de algún tiempo acabe por convertirse en uno de los grandes referentes de la ciudad.

Como ves, después de las estrecheces en las que te has estado moviendo, ahora aparece un espacio despejado y de alguna manera desangelado con muchos edificios relativamente recientes.

Pues bien, estás ante la que probablemente sea la mayor cicatriz de la ciudad. Estás en lo que alguna vez fueron unos barrios de estrechas calles y casas humildes (el barrio de La Putterie... sí, de la Putterie), que fueron literalmente arrasados en el siglo XIX para construir un túnel que enlazase las dos estaciones de tren de la ciudad (la del Norte y la del Sur).

Debajo de ti van nada menos que seis líneas de tren paralelas por las que circula cada día buena parte del tráfico ferroviario del país. Y aquí, en la superficie, está la solución urbanística con la que se cubrió todo esto.

De nuevo, una muestra de la complicada relación del siglo XX con el urbanismo. Un espacio que sin ninguna duda rompe con todo lo que hay alrededor, pero que sin embargo poco a poco va encontrando su personalidad. Algunos edificios de la primera mitad del siglo XX han dejado atrás su etapa de "viejos" para empezar a ser "clásicos", y hay espacios que poco a poco empiezan a ser redescubiertos.

Todavía es pronto y todavía debe seguir madurando (envejeciendo, dirían otros). Tal vez le queden 20 años más, pero o mucho me equivoco o en algún momento esta cicatriz dará mucho que hablar.

Plaza catedral Bruselas

La Catedral

Ahora sí, la Catedral gótica... aunque tal vez habría que hablar mejor de la Iglesia de San Miguel y Santa Gudula, porque, aunque se comenzó a construir en 1225 y estuvo en obras durante tres siglos, sólo es catedral desde hace menos de 60 años.

Y es que en Bruselas, la siempre complicada relación entre los ricos burgueses y los poderosos nobles dejaba muy poco espacio para la Iglesia, que prefería mantener su sede en la cercana ciudad de Malinas.

Esto no significa sin embargo que este templo no tuviera relevancia. Muy al contrario, siempre fue un escenario perfecto para los grandes acontecimientos... políticos.

Recorre la explanada que hay frente a la Catedral (aprovecha para recostarte en uno de sus bancos-tumbona) y luego sube la espectacular escalera hasta llegar debajo de las torres. 69 metros, construidas en tiempos de Carlos V.

Desde ahí tienes una buena vista de la Ciudad Baja que, como ves, poco a poco vas dejando atrás...

Cuando entras, descubres un interior claro, tremendamente luminoso... Siéntate en un banco y déjate absorber por este espacio y por sus fantasmas.

catedral Bruselas
Catedral Bruselas

Un día de 1516 (pronto hará, pues, 500 años), bajo estas mismas bóvedas se celebró una ceremonia grandiosa en la que se proclamó a Carlos V "rey de las Españas". El hijo de Juana "la Loca" y de Felipe "el Hermoso"... el nieto de los Reyes Católicos... y de Maximiliano de Austria y María de Borgoña (¿recuerdas la fantástica historia de los cisnes de Brujas o la de las dos tumbas y un corazón?...).

Carlos tenía 16 años y nunca había estado en España. Había nacido muy cerca de aquí, en Gante, y toda su infancia la había pasado también cerca, en Malinas. Ahora tocaba tomar las riendas de lo que iba a ser el imperio más grande de su tiempo.

A más de 1.000 kilómetros de distancia de la península, en Bruselas, hace 500 años, ya se determinaban los destinos del reino...

Catedral Bruselas

Tiempos tormentosos...y solemnes

Tal vez te haya llamado la atención la "desnudez" de las paredes y la blancura de las vidrieras de la parte más alta. Resulta atractiva... pero no se trata de una elección artística. Esta iglesia fue saqueada en dos ocasiones. La primera fue durante las guerras de religión entre católicos y protestantes en época de Felipe II (ya viste cómo acabaron para los condes de Egmont y Horn...).

La segunda fue en tiempos de la Revolución Francesa.

Sin embargo, la iglesia logró sobrevivir y muy pocos años después de este último "atropello" volvía a vivir un grandioso acontecimiento. En julio de 1803 por este mismo pasillo avanzaron solemnemente Napoleón Bonaparte y su esposa Josefina. Bajo estas mismas bóvedas se cantó un solemne Te Deum en su honor.

Y... lo que son las cosas... justo doce años después, en julio de 1815 aquí volvía a celebrarse otro solemne Te Deum. En esta ocasión fue para celebrar... la derrota definitiva de Napoleón, que se acababa de producir a apenas 20 kilómetros de aquí, en Waterloo...

La Estación Central

La última etapa de tu camino hacia la Ciudad Alta te va a llevar al Mont des Arts, el Monte de las Artes, donde hoy se concentran varios de los principales museos de la ciudad.

Esta zona es pura "cicatriz", aunque si prestas un poco de atención verás cómo las "costuras" están empezando a convertirse en "bordados".

Primero vas a pasar por delante de la Estación Central (obra, por cierto del gran arquitecto Victor Horta). Prácticamente toda ella es subterránea y por eso casi invisible, aunque con un enorme tráfico ferroviario. Puro sabor "años 30", sobria, funcional, con sus carteles con una maravillosa tipografía de la época. Un magnífico ejemplo de un edificio que está justo en el momento de pasar de "viejo" a "clásico". Se salvará, porque ya ha pasado el punto de no-retorno.

Estación Central Bruselas
Interior estación central Bruselas

Un poco más adelante llegas a la plaza Albertina donde ya puedes ver con claridad la cuesta que te va a terminar de llevar hasta la Ciudad Alta. A tus espaldas puedes entrever el campanario de la Grand Place que sobresale por encima de los tejados y que ya vas dejando atrás.

Mont des Arts
Bruselas

La subida

Bruselas no es una ciudad de grandes perspectivas, pero aquí se ha conseguido una de las más atractivas de la ciudad, tanto cuando la subes como cuando la bajas. Así que no olvides ir echando la vista atrás según vas ascendiendo.

La subida al Mont des Arts es un espacio de mediados del siglo XX que consigue unir ambos mundos con un "lenguaje" minimalista, que resulta extrañamente atractivo.

La subida arranca con la explanada en la que están la Biblioteca Real y un palacio de congresos al que se acede a través de un cubo de vidrio. Todo geométrico y con líneas rectas: los edificios, el jardín, hasta los árboles alineados con sus troncos pintados en blanco... salvo esa escultura contemporánea cuyas líneas curvas ejercen un efecto casi hipnótico sobre los cansados turistas, que caen rendidos entre sus redes...

Mont des Arts

No dejes de pasar por aquí de noche porque verás un curioso espectáculo que muy poca gente conoce: tus sombras de colores. Te hablaré de ello más adelante...

Según vas subiendo, echa un vistazo al curioso reloj que hay, casi escondido, a la izquierda de la explanada. Es de 1965 y cuenta con 12 pequeñas figuras que, una por hora, hacen su pequeña representación mientras suena el carillón y una figura de bronce da las horas.

Mont des Arts
Reloj

Las figuras representan a varios personajes, entre los cuales pueden identificar al emperador Carlos V, a Rubens (nacido en la vecina ciudad de Amberes), al decapitado Conde de Egmont o a Godofredo de Bouillon, el legendario líder de la Primera Cruzada, que partió hacia su aventura desde su castillo a poco más de 100 kilómetros de aquí.

Le Mont des Arts

Al final de la escalinata llegas por fin al Mont des Arts. A tu izquierda, en plena cuesta, vas a ver lo que de alguna manera podría ser un cuadro impresionista. Una mezcla de edificios de diseños absolutamente dispares que sin embargo han conseguido un atractivo y extraño conjunto.

Mont des Arts
Old England Bruselas

Desde los aires medievales del hotel Ravenstein (a la izquierda), al derroche modernista de hierro y cristal de lo que un día fueron los almacenes Old England y que hoy es el no menos espléndido Museo de Instrumentos Musicales (a la derecha y, por cierto, con una cafetería en su último piso con una vista espectacular).

Observa el conjunto. Dos de los edificios llevan el sello del mismo arquitecto. ¿Te atreverías a decir cuáles? Venga... juega... piensa un poco... antes de mirar la solución en en párrafo siguiente...

Pues son precisamente los dos que te mencioné antes, el edificio modernista de la derecha (1899) y el medieval hotel Ravenstein de la izquierda. El primero, una obra original y el segundo una importante rehabilitación de un edificio medieval hecha cinco años antes, ambas obra del arquitecto Paul Saintenoy, en una clara muestra de lo polifacético y riguroso que podía llegar a ser.

Delante de los edificios habrás visto una fuente contemporánea que va girando lentamente... Sí, es obra de Calder, el gran escultor norteamericano de los móviles.

Llegado aquí, una vez más, no olvides mirar hacia atrás. Ahí tienes la Ciudad Baja, con el campanario de la Grand Place y al fondo, a lo lejos, en un espectacular contraste, la enorme Basílica del Sagrado Corazón que se alza en otra parte elevada del otro extremo de la ciudad.

Bruselas
Mont des Arts

Contraste de formas, de materiales y de colores sin un aparente plan previo pero que sin embargo conviven en una extraña armonía tremendamente atractiva.

A un paso tienes ya la Place Royale, la Plaza Real, corazón de la Ciudad Alta. Desde aquí los Duques de Bravante marcaban distancias con la tortuosa y a veces insalubre Ciudad Baja. Pero siempre tuvieron a la vista, sobresaliendo de ese mar de tejados, el espectacular campanario del Ayuntamiento con su San Miguel venciendo al demonio... como para dejar claro que esta ciudad no se iba a dejar atropellar.

Mapa del recorrido

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Mapa de Bruselas. Catedral

Cuesta arriba... pero sin problemas

El inicio del recorrido ya lo conoces: Grand Place - Rue de la Colline - Place du Marché Aux Herbes. Luego, sube por la Rue de la Montagne hasta la explanada de la Catedral.

Cuando termines la visita a la Cetedral, vuelve de nuevo a la explanada y sigue por el Boulevard de l'Imperatrice hasta la pequeña plaza de la Estación Central. Después continúa recto y, al final de la calle, sube hacia la izquierda (si vas a la derecha vuelves a la Place du Marché Aux Herbes). La pequeña iglesia que tienes delante es lo único que queda del barrio de La Putterie (la iglesia de Santa María Magdalena).

El siguiente paso te lleva hacia la Place Albertina, desde donde ya ves perfectamente la perspectiva que te va a llevar hasta la Place Royale (el edificio porticado que ves al final de la cuesta).

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